Todos los mercados emergentes tienen un altísimo contenido político pero
probablemente si hay uno que bate todos los récords es Argentina, una tribu
caracterizada por altísima esquizofrenia electoral cuya ciudadanía tiene la
costumbre de votar pendularmente eligiendo hacia los dos extremos de la
ecuación política: a veces nos enojamos y votamos por derecha y otras veces
también nos enojamos y votamos por izquierda. Quizá alguna vez aprendamos que
de esta forma no existe un equilibrio posible y la convergencia hacia un
escenario que sea razonablemente positivo sea torna en inverosímil y desde esta
óptica nos está mirando al mundo. Wall Street entiende que los avances
macroeconómicos han sido contundentes, que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional
de alguna manera significa una señal de aprobación a lo que se espera a futuro
de la estrategia macroeconómica, pero a la vez se entiende que para que todas
las bondades de la coyuntura macroeconómica actual se mantengan y multipliquen
en el tiempo es indispensable que este gobierno libertario siga ganando
elecciones y ahí aparece la cabecita del argentino promedio, ese que vive
enojado todo el tiempo y le mete una formidable dosis de incertidumbre a
nuestra economía.
En la medida que los libertarios puedan tener una excelente elección de
caras a octubre, mucha tendencia positiva que todavía no puede liberarse para
los activos financieros argentinos, eventualmente podría materializarse a
partir de la convalidación de un evento que por el momento sigue siendo
altamente incierto y se refiere a si la sociedad Argentina anda con ganas de
convalidar una gestión macroeconómica que en solamente dos años generó un
notable colapso de la pobreza, una formidable disminución de la inflación, y
una recuperación muy consistente de la economía argentina en especial, proviniendo
de la herencia macroeconómica más compleja que jamás haya recibido un
presidente democrático en la historia reciente.
Por lo tanto, son muchas las razones por las que el Merval podría volver a
recuperar su tendencia positiva pero para ello necesita la convalidación del
evento político y de la mano de dicha ocurrencia si es que el mismo se revela
positivamente para los libertarios, provendría eventualmente un incremento en
la probabilidad de que Argentina sea nuevamente listada en índices de acciones
emergentes desde el actual “stand alone” en donde nos dejó el peronismo. Dicho
evento no ocurrirá necesariamente de la noche a la mañana, pero ya con la
liberación del cepo se ha destrabado la principal limitación la cual se refiere
a las restricciones a la movilidad de capitales, pero obviamente todo esto
depende de que los libertarios sigan ganando elecciones porque si no lo hacen
ya sabemos cómo termina esta historia: el peronismo vuelve al mando, rompe todo
de nuevo y retornamos a foja cero en una mañana.
La posibilidad de que las acciones argentinas puedan nuevamente ser
listadas en emergentes es muy importante porque muchos fondos norteamericanos
por cuestiones regulatorias, todavía no pueden posicionarse en activos
argentinos, debido a que por el momento somos considerados como de altísimo
riesgo y eso imposibilita la adquisición de los mismos. Por el contrario, una
vez listados en emergentes, dicho evento abriría la puerta para que muchos
fondos norteamericanos eventualmente pudieran considerar los posicionamientos
argentinos como riesgo razonable y esto generará seguramente un flujo muy
sustancial en favor de dichos activos, destrabando una olla a presión que por
el momento está toda pisada por riesgo político.
Muchas cosas todavía bañan al Merval de un manto de incertidumbre, pero……. Primero,
a la luz de cómo vienen saliendo los resultados provinciales, resulta bastante
evidente que la ciudadanía argentina está dando una notable convalidación a lo
que ha sido la gestión macroeconómica más brillante de los últimos 100 años. Segundo,
es probable que el mercado no espere a octubre si estos resultados se siguen
repitiendo y puedan anticipar lo que a la luz de lo que estamos observando
probablemente sea una contundente victoria libertaria similar a la que alguna
vez supo obtener el pro por 2017 y que por razones múltiples dejó disipar de
caras al 2019, fruto de inconsistencias internas, de incapacidad de
diagnosticar, de confusión conceptual, y de no estar a la altura de lo que
había que hacer cuando había que hacerlo. Hoy es el turno de los libertarios y
la pregunta es si el mercado ralea después de octubre o antes.
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