El camino es el correcto y esa es la razón por la cual no creo que sea eficiente a esta altura de los acontecimientos perder el tiempo discutiendo detalles de una “ortodoxia liberal teórica” para un país que viene batiendo récords de pobreza de manera sistemática. Por lo tanto, evaluar pequeñeces a este nivel de gravedad es absolutamente innecesario. Lo significativo a resaltar en este momento de la transición es la dirección y la misma apunta en el sentido adecuado. El “contado con liqui” por ejemplo, se desploma y eso tiene un solo nombre: “confianza”. Argentina la tiene muy difícil pero se dirige por primera vez en ochenta interminables y perdedores años en la dirección correcta y ese solo hecho a pesar de todo lo que falta se premia en el mercado. Resulta innecesario e inconducente discutir detalles en esta etapa, hoy es el tiempo de la derivada primera. Cuando seamos Noruega, y ojalá que ocurra rápido a treinta años vista, permitámonos el lujo que hoy no tenemos de discutir la d...