Licuación del gasto como estrategia dominante. Si el congreso aprobase todas las reducciones de gastos que ocasionaría la ley ómnibus y DNU, la presión sobre otros sectores se reduciría. Pero el congreso por el momento, prefiere no hacerlo. De esta forma, ninguna implementación ortodoxa puede ser perfecta dadas las circunstancias y mi sensación es que economía viene haciendo las cosas razonablemente bien pero sujeta a medidas de corto plazo y dependiente de un “largo plazo” ineludible en manos del congreso. El mercado de bonos lo premia y eso no es casualidad.
Si el congreso hubiera aprobado los paquetes de leyes se podría ir mucho más rápido, pero la realidad es que no lo han hecho. Y entonces, toda gestión debe ser evaluada con lo que tiene y con lo que arranca y este gobierno utiliza en esta coyuntura de “limitada capacidad de maniobra” como estrategia resultante, una fuerte licuación del gasto nominal, claramente no es lo mejor, pero no hay nada más por hacer dadas las restricciones actuales.
Sherman, Ph.D. in Economics UCLA
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