El camino es el correcto y esa es la razón por la cual no creo que sea eficiente a esta altura de los acontecimientos perder el tiempo discutiendo detalles de una “ortodoxia liberal teórica” para un país que viene batiendo récords de pobreza de manera sistemática. Por lo tanto, evaluar pequeñeces a este nivel de gravedad es absolutamente innecesario. Lo significativo a resaltar en este momento de la transición es la dirección y la misma apunta en el sentido adecuado. El “contado con liqui” por ejemplo, se desploma y eso tiene un solo nombre: “confianza”. Argentina la tiene muy difícil pero se dirige por primera vez en ochenta interminables y perdedores años en la dirección correcta y ese solo hecho a pesar de todo lo que falta se premia en el mercado.
Resulta innecesario e inconducente discutir detalles en esta etapa, hoy es
el tiempo de la derivada primera. Cuando seamos Noruega, y ojalá que ocurra rápido
a treinta años vista, permitámonos el lujo que hoy no tenemos de discutir la
derivada octava. En esta potencialmente nueva coyuntura que se nos viene, mucho
operador local se acostumbró a vivir de la brecha. Si dicha brecha se extingue
como es muy probable que ocurra, se termina el negocio y ni hablar si se nos
viene una dolarización en el próximo tiempo. Esta contundentemente desafiante
realidad significaría que deberán en un futuro relativamente inminente hacer
"asset management" compitiendo en mercados internacionales. De esta
forma, el libre mercado llegaría también al sistema financiero local abaratando
entre otras cosas, costos de hedging. Bienvenido sea.
Por lo tanto, a casi dos meses de inicio de la gestión libertaria, resulta
innecesario enfatizar en ortodoxia liberal para un país que tiene de los peores
estándares de vida de Latinoamérica: venimos de ahí abajo y por lo tanto,
evaluar detalles a este nivel resulta estéril y absolutamente irrelevante. Lo
significativo a resaltar en este momento de la transición es la dirección y cuando
dentro de veinte años y haciéndolo todo bien, tengamos los estándares de vida
de Uruguay, ahí podremos ponernos a discutir cuán ortodoxo es el modelo liberal.
Si el gobierno libertario finalmente negocia un paquete razonable referido a la
ley ómnibus y DNU, el équity también se va a sumar a un Wall Street
levantándole el pulgar a la Argentina. Desde la traba que se generó en la “ley
ómnibus”, las acciones argentinas vienen operando con un sesgo negativo, nada dramático
por ahora, y esperan agazapadas noticias en ese rumbo. Claramente los activos
financieros argentinos están bancando la parada y premian este incipiente
cambio de dirección al punto que el Merval vuelve a estar en over-performance
por encima del Bovespa de Brasil y a pesar de una soja 10% abajo en el año.
Primera buena noticia: ¿inflación de enero 20.6%? Es probable que este
gobierno libertario intente como mejor resultado de cara a las legislativas del
2025 una contundente baja en la inflación y este evento puede ser altamente
probable. Si bien todavía estamos muy pero muy lejos de cantar victoria,
pareciera que hay una incipiente desaceleración en la inflación y por hora es
nada más que eso. De todas formas, el mercado probablemente va a estar inmune a
este resultado y seguirá muy concentrado en una historia que más que historia
ya se convirtió en novela y se refiere a la famosa “ley ómnibus”, al famoso
“DNU” y a toda la parafernalia que viene asociada a la negociación eterna de
este paquete. De todas formas, pareciera que el castigo que tuvieron los ADRs
argentinos no solamente se calmó sino que Argentina fue capaz de tradear en
verde, lo cual sigue mostrando un mercado expectante a una buena noticia local
en el frente legislativo.
Probablemente, el tiempo del crecimiento deba esperar y pagar las consecuencias
de estos dos primeros años de gestión cuyo principal énfasis debiera ser la “desinflación”.
Resulta casi imposible crecer y desinflacionar al mismo tiempo a menos que uno
estuviese bajo un shock tecnológico tan significativo como el que viene
mostrando en la actualidad la economía norteamericana. Aquí en Argentina, los
tiempos son distintos, nuestro país deberá soportar restricciones mucho más
clásicas que responderán a una secuencia de problemas a resolver. Primero, la desinflación
como condición necesaria pero no suficiente para crecer. En la dimensión
“crecimiento de largo plazo” claramente el contenido de la “ley ómnibus” y DNU
apuntan hacia esa dirección y retroalimentarían al mercado de acciones en caso
de ser aprobados.
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