No tengan miedo al lunes, no escuchen
periodistas argenperonios hablando de corralito, es mentira. Todo va a salir muy
bien porque este gobierno libertario es el mejor por lejos desde el retorno a
la democracia. ADRs argentinos cerraron 8% arriba en el aftermarket del viernes
y habiendo raleado 10% antes de cierre o sea: +18% como reacción a la noticia. El
25 de marzo 2025 por Twitter decía: “Tengo la sensación de que se viene un
formidable empome cambiario en Argentina y no será en la dirección que todos
esperan: no devaluation......”. La libertad nunca resta y este gobierno ganará
muchas elecciones. El campo empieza a liquidar y mas temprano que tarde el tipo
de cambio va a ir a buscar la banda inferior de “1.000”. La confianza es todo
en economía y este gobierno libertario la genera permanentemente. Probablemente,
hoy lunes, el dólar abrirá cerca de 1.200 (futuros de abril 2025 cerraron el viernes
en 1.190), pero con el correr de las semanas va a ir a buscar la cota inferior
de "1.000" y ni hablar si se tranquiliza la crisis internacional de
tarifas. Recontra bien hecho libertarios, no hay nada mas perverso en una
economía que el cepo. Argentinos: no le teman a la libertad, por el contrario,
abrácenla.
La medida es
muy audaz porque se anuncia en un contexto internacional épicamente complejo. El
mercado está en pleno proceso de “lower bound discovery” (soportes) y el selloff
(venta masiva) de los Treasuries llevó a USA a revelar su primer “put strike”
(¿30yr 4.90%?) (valor al que se ejecuta un seguro) y probablemente no será el
último. Los mercados son así, seguirán sin paz y sin tregua hasta que China y
USA se sienten a negociar. Jueves 3/4/25 y viernes 4/4/25 fueron la peor quinta
ventana de retornos de dos días de la historia (cerca de 10 sigmas). El miércoles
9/4/25 fue el tercer día de mayor retorno diario positivo del S&P en la
historia (cerca de 10 sigmas). Sigue la locura con reversals monstruosos que la
semana pasada pusieron al Nasdaq y S&P por sobre 10% de retorno
intradiario, un evento solo visto en la crisis del 2008. Ni siquiera durante el
COVID llegamos a tanto, esta locura es clásica de “bear markets” (cuando un
mercado baja mas de 20% de su máximo y se lo considera con tendencia bajista):
la brutalidad intradiaria tanto positiva como negativa, por momentos asusta. El
Nasdaq y el Russell ya quebraron la barrera del bear market. Los principales
papeles del Nasdaq ya han hecho “Death Cross” (cuando la media de 50 días
quiebra desde arriba a la de 200, considerada como una señal muy negativa) o
están muy próximos a lograrlo y el rally del pasado miércoles no cambia eso. A
pesar de tanta marcada negatividad, las tasas largas han exhibido irónicamente un
fortísimo rebote desde este lunes y quizá es porque los chinos están vendiendo,
tocando el nervio mas sensible de Donaldo y obligándolo a actuar.
Y
Argentina queda entonces atrapada en esta locura. La demanda global por refugio favorece al oro
como “safe haven” (refugio) preferido. Este shock tarifario viene
discontinuando la rotación hacia acciones emergentes: el FXI de China ha
devuelto gran parte de todo el retorno YTD que llegó a ser +26%. Los mercados
de commodities relacionados a nivel de actividad están siendo severamente
impactados en especial, el petróleo y el cobre. Resulta evidente que toda esta
locura sirvió para algo: el nervio sensible de Donaldo es la parte larga de la
curva. Seguimos con días cercanos a “5 sigma” lo cual refleja el delirio al que
nos llevó esta guerra de tarifas/monedas y la brutalidad con la que se ejecutó
desde Estados Unidos. De todas formas, el principal problema no se resuelve:
China no da señales de ningún avance en las negociaciones. Probablemente, los
“put strikes” seguirán revelándose al ritmo del dolor.
Esta realidad afecta negativa y muy especialmente a
la economía argentina, de ahí la relevancia del acuerdo anunciado. Si hay algo
a lo que éramos vulnerables es a shocks externos y precisamente esta sorpresiva
guerra de tarifas es una bomba exógena que afecta muy negativamente a mercados
emergentes porque tiene efectos directos en el nivel de actividad global
impactando commodities y muy especialmente a los que, como Argentina, tienen
una débil posición de reservas. Si no hay una rápida negociación entre los
principales bloques del mundo, lo anunciado por Estados Unidos podría llevar a
la economía mundial a una recesión global y en este contexto la demanda por
commodites se reduce muy significativamente y esa ha sido la reacción inicial
en los principales bienes relacionados a la actividad global con el petróleo a
la cabeza. Si bien a
esta altura de los acontecimientos es imposible dimensionar los nuevos
parámetros de la economía global resulta útil contemplar al modelo libertario
bajo esta nueva e inesperada perspectiva, reconociendo que este cambio
paradigmático podría afectarlo. Es por eso, que el soporte de los organismos internacionales
y del Tesoro de Estados Unidos al plan económico libertario en esta coyuntura es
especialmente relevante.
Este shock
tarifario global es una pésima noticia para mercados emergentes y
particularmente para aquellas economías vulnerables debido a su posición de
reservas, tal como es el caso de Argentina. Si esta guerra de tarifas es cierta
en el sentido que no se negocia una salida de ella con bajas recíprocas de
tarifas entre los distintos bloques del mundo, estamos frente a un evento de
dimensiones épicas que bien podría compararse con lo ocurrido cuando se abandonó
el patrón oro. Para el mal de economías emergentes, Argentina incluida, el
mundo entero quizá haya entrado en un nuevo paradigma en donde nadie sabe el
precio de las cosas y mucho menos las brutales consecuencias nefastas de una
guerra que nos vino desde el mismísimo infierno y a propósito. En este
contexto, la recomposición de reservas de la Argentina a partir de los anuncios
es muy significativa.
Resulta evidente que la intención de los
republicanos es la de generar un contundente enfriamiento no solo local sino
también global, para de esta forma calmar a las tasas de interés a la que
Estados Unidos podría renovar una deuda impagable y evitar como consecuencia un
ajuste fiscal que generaría más costos políticos que beneficios de corto plazo.
Sin embargo, lo observado durante la semana pasada ya ronda lo brutal y
trasciende entonces a la baja de yields como estrategia principal y torna al
evento en uno de alto contenido ideológico y con efectos en el equilibrio
general global absolutamente inciertos. Si bien con la noticia de la victoria
presidencial de Trump el mercado había priceado en anticipación un bull market
republicano, la brutal corrección que actualmente estamos observando en casi
todos los mercados de acciones del mundo describe a un Wall Street repleto de
incertidumbre y locura. Marche un Ryvotril para Donaldo.
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