Los mercados internacionales, ante el anuncio de una tregua tarifaria entre
China y Estados Unidos, se han recuperado sustancialmente respecto a sus
mínimos, especialmente el correspondiente al mercado accionario de Estados
Unidos, el cual es el centro de esta novela interminable, al punto tal que
nuevamente quedan como relativamente vulnerables. La razón es que una tregua no
implica solución definitiva y es altamente probable que los distintos actores
de esta realidad tanto sea Estados Unidos, como Europa, y China, se tomarán su
tiempo a la hora de negociar y definir relaciones que eventualmente tendrán
consecuencias de muy largo plazo, y de ahí la relevancia de dicho evento. Dada
la significatividad que tiene el mercado de commodities para las economías
emergentes, claramente el “tema tarifas” les pega directamente en el corazón y
si bien a nivel relativo este 2025 ha sido un excelente año para mercados
emergentes con respecto a Estados Unidos, todo el daño que eventualmente le
ocasione la guerra de tarifas a la economía china decanta tarde o temprano en
el resto de las coyunturas, Argentina incluida. Si bien nuestro país todavía no
es considerado un mercado emergente, claramente estas dinámicas afectan al Merval
y al mercado de bonos, fruto de dos grandes dudas que no puede digerir Wall
Street respecto a nuestra indescifrable y esquizofrénica nación.
La primera duda de Wall Street hacia la Argentina: pareciera que los flaquitos que analizan
Peronia desde Estados Unidos siguen obsesionadamente preocupados respecto a la
incertidumbre política que todavía se tendrá que despejar para esta Argentina
tan electoral del 2025 y no los culpo, aunque muchos de ellos ni siquiera saben
dónde queda el Obelisco, ni el sabor de un cucharada de dulce de leche. Si no
naciste en Peronia y te fumaste esta tribu por décadas enteras, es absolutamente
imposible intentar comprenderla desde afuera. En este contexto, el mercado
internacional sigue con la memoria muy fresca del castigo que sufrieron los
bonos y acciones argentinas ese día en donde Mauricio fue sorpresivamente vencido
por el peronismo en las PASO del 2019 ante el suicidio electoral de toda una
nación. De esta manera, independientemente de los augurios muy positivos que
las elecciones locales están sugiriendo para esta administración libertaria, el
mercado internacional sigue sin decidirse respecto a una compra convencida de
activos argentinos porque los mismos tienen un “doble techo”. La primera razón
de este techo radica en una incertidumbre global que está atada al concepto de
tarifas y a las principales consecuencias que dicha realidad pudiera tener
sobre la economía china, con todos los impactos relativos al mercado de
commodities y su derrame negativo a la economías emergentes, incluida la Argentina.
La segunda razón de este techo se refiere a una incertidumbre política que
preocupa sustancialmente a Wall Street y la misma perdurará hasta tanto se
tenga la convalidación definitiva en octubre del 2025. Es cierto a la vez, que
estas elecciones son legislativas pero la forma en la que votan los argentinos
implica que todo resultado en este frente de alguna manera sugiere la
aprobación o no de lo actuado por el gobierno y esa es la convalidación que
está esperando Wall Street probablemente para que los techos actuales finalmente
terminen siendo soportes.
La segunda duda de Wall Street hacia la Argentina: si bien lejos estamos de haber alcanzado
una situación macroeconómicamente estable, los avances en esta materia han sido
elocuentes considerando particularmente el punto de partida de cual arrancó
esta administración libertaria el cual era catastrófico en todo frente
imaginable. Hacia octubre de 2025 este gobierno encarará las elecciones
legislativas con un sendero de desinflación muy contundente y con una economía
que a pesar de sus propios y variados problemas intentará de todas formas un
fuerte rebote de cara a cierre de año. Queda entonces como principal fuente de
incertidumbre económica “el crecimiento de reservas” que probablemente de la
mano de la incertidumbre política es la principal razón que preocupa hoy en día
a Wall Street que sigue prefiriendo comprar Bovespa por sobre Merval. O sea, ¿podrá
Argentina recomponer reservas a la velocidad que lo necesita para hacer frente
a sus compromisos de deuda en los próximos dos años? Esta es la
pregunta que tendrá que responder el gobierno si es que quiere que los bonos
comiencen a rendir entre 7% y 8% por año, aspecto que por el momento está muy
lejos dado que los mismos cotizan en la zona del 11% y evitan que todavía
Argentina pueda acudir de manera eficiente al mercado de deuda para poder
rolearla. Convengamos que la licitación del BONTE 2030 no salió todo lo bien
que se esperaba. Por lo tanto, la generación coyuntural de reservas está muy
atada a la potencial compresión de riesgo país y hasta tanto Argentina no pueda
convencer al mercado de que dicha generación de divisas es consistente y
sustentable en el tiempo, el rally de los bonos argentinos y Merval
probablemente, tendrá que esperar. Es posible entonces, que Argentina tenga un
rally contenido en dos dimensiones, Merval y bonos, fruto a su vez de dos
raíces de incertidumbre no resueltas por el momento: la esquizofrénicamente política
y la macroeconómica, relativa a la generación de reservas. Techo por el momento
y a esperar, con la cicatriz de las PASO 2019 todavía muy fresca en la memoria
de Wall Street, nadie se desespera por comprarse esta tribu electoralmente
impredecible. Mi escenario base: los libertarios arrasan en octubre.
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