Ante la permanente negativa de la oposición a “todo lo que se propone”, el Poder Ejecutivo tiene solamente dos alternativas disponibles: 1) ancla fiscal basada en déficit cero, 2) ancla monetaria basada en emisión neta cero. La combinación de estas dos anclas implica motosierra licuatoria a pleno de cara a las legislativas del 2025. De esta manera, la única herramienta correctiva que tiene el Poder Ejecutivo es la licuación, lamentablemente.
El diagnóstico del gobierno libertario respecto
a la inflación fue simple y contundente: es un fenómeno monetario, siempre.
Entonces, para frenar la inflación, el gobierno viene articulando un apretón
monetario a la oferta monetaria real histórico y que implica una teoría
cuantitativa del dinero aplicada a rajatabla y con contundencia quirúrgica. A
una gestión hay que evaluarla con las restricciones que tiene y dada la
permanente negativa opositora a todo cambio estructural propuesto, aun así el
gobierno recortó cinco puntos de deficit fiscal y bajó la inflación a la mitad.
Entonces, dadas las restricciones que enfrenta el ejecutivo, la gestión del
Ministerio de Economía, es impecable y expone su principal característica: una
formidable licuación en términos reales. El gobierno tiene a la emisión
monetaria neta totalmente planchada y de esta forma, la enorme reducción de la
oferta monetaria real se acerca al 45% desde inicio de la gestión. Un concepto
que mucho argentino no comprende: los libertarios no los están licuando. Los
libertarios solamente están sincerando la formidable licuación que se viene
gestando desde hace años. En términos reales la restricción monetaria viene
siendo feroz y es muy probable que la inflación se caerá como un piano y en
breve. La economía es una disciplina de rezagos y los mismos están operando a
plena capacidad licuatoria.
La inflación pasada como un impensado aliado
libertario. La inflación de febrero está corriendo casi a la mitad de la
inflación correspondiente a diciembre. La velocidad de la desinflación viene
siendo enorme. La licuación inflacionaria es la única herramienta disponible
para este gobierno dado que la negativa opositora no le permite activar la
motosierra de forma estructural. Lo irónico de esto es que la inflación
presente "termina siendo" desinflacionaria a futuro. La oferta
monetaria real se viene contrayendo fuertemente por el efecto licuatorio de la
inflación spot. Esta reducción de oferta monetaria real contribuye fuertemente
a la desinflación futura. En esta coyuntura, el BCRA bajó las tasas de interés en
400 basis y el dólar no reacciona. Es probable entonces, que haya espacio para
seguir bajando fuertemente las tasas de interés, pero no pareciera que el BCRA
quiera ir por esa vía dado que, si lo hiciese, llevaría peligrosamente a la
economía a tasas reales de interés muy negativas que serían contrarias a un
programa de estabilización.
La oposición acorrala al ejecutivo no dándole
otra opción: hasta las legislativas del 2025 se viene motosierra licuatoria a pleno
porque la clase política no deja reestructurar el Estado. El ajuste monetario
es impresionante y también lo será la desinflación que se viene y con consecuencias
obvias: fuerte recesión, la cual termina siendo la vacuna ineludible de un
programa antiinflacionario tradicional. Y otro efecto del cual se está hablando
poco: un potencial círculo virtuoso que la acelerada desinflación argentina podría
ocasionar referido a la recuperación de la demanda de dinero. Y este efecto
bien podría darse de caras a la unificación del mercado de cambios en junio de
este año. Si se diese, la recuperación de la demanda de dinero sería otro
componente que jugaría en favor de una fuerte desinflación para los próximos
meses dado que a la caída de oferta monetaria se le sumaría el incremento de la
demanda. Si a la reducción de oferta monetaria le sumamos lo que podría ser una
recuperación en la demanda de dinero, la velocidad de la desinflación podría
incluso acelerarse. El hecho de que el dólar no haya reaccionado ante 400 basis
de baja en tasas de interés insinúa algo relevante en este frente.
De esta forma, la inflación heredada termina
siendo la perversa herramienta que corrige el exceso de gasto y el sobrante
monetario en términos reales, pero de manera subóptima. La estrategia
licuatoria tiene plazo de vencimiento porque la sociedad tiene un límite de
tolerancia, pero hoy por hoy, el gobierno no tiene otra alternativa correctiva
que la licuación y lo ocurrido días atrás es un ejemplo más de las
restricciones que impone la casta ante un gobierno que quiere cambiar, pero no
lo dejan. Algún sacrificio había que articular y se vino el sacrificio
licuatorio. Cuanto mayor sea la negativa opositora en acompañar al gobierno en
cambios estructurales, mayor será la licuación resultante.
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