¿Una rotación que comienza a afectar al Nasdaq? Esto se viene poniendo muy hawkish (monetariamente restrictivo), es otro año totalmente distinto relativo a solo dos meses atrás y todo lo que sea "sensible a tasas de interés" será vendido probablemente en una rotación que viene siendo muy cruel y multidimensional y no pareciera querer culminar aquí en lo que se olfatea como un incipiente comienzo de fortísimos cambios y no el final de los mismos. No pareciera ser casualidad que al cierre del viernes pasado, las cíclicas (DIA) estaban en verde y las techs en rojo furioso (QQQ). Atentos a NVDA rompiendo la media de 50 días, entrando en bear market y uniéndose a mucho papel que viene haciendo lo propio a partir de un contexto en donde la parte corta se pone hawkish por recalentamiento inflacionario y la larga por un déficit fiscal y endeudamiento norteamericano fuera de control, siendo esto último por lejos, lo más relevante. Nada de esto se priceaba a inicios de 2024 y enfrenta a un mercado que se anima a trascender a la Fed que otra vez se percibe como detrás de la tortuga aun cuando lo verdaderamente importante viene por el lado fiscal y no por la dimensión monetaria. Hace tiempo que no veíamos rotación desde tecnológicas a cíclicas, esto ocurre probablemente porque el mercado anticipa un hawkishness no priceado de naturaleza fiscal asociado a mayor riesgo sistémico en la curva norteamericana.
Los bloques que se oponen a Estados
Unidos comenzaron otra guerra y no es Irán, en un contexto geopolítico que
se complica y que comienza a delinear un sendero fiscal y de endeudamiento cada
vez más complicado y más ahora con un aumento probable de la militarización
resultante. Es muy notable que ante los sucesos bélicos recientes los bonos del
Tesoro Norteamericano no hayan operado como lo hacen tradicionalmente en
eventos de riesgo al comportase como “safe havens” (refugios de valor).
Normalmente, ante situaciones de suma incertidumbre como las vividas durante la
semana anterior, el mercado suele utilizar a los bonos norteamericanos como
refugios, por lo que sus respectivos precios suelen subir y sus yields resultantes,
bajar. Sin embargo, durante la semana pasada ante una situación de alto riesgo
evidente, el mercado en vez de comprar Treasuries, decidió venderlos, lo cual
habla del notable sentimiento bearish (pesimista) detrás del dólar y los bonos
soberanos de USA siendo reemplazados por el oro como refugio preferido. Esto significa
una actitud totalmente diferente de comportamiento ante el riesgo y habla de
que probablemente estemos presenciando un cambio muy estructural en la forma en
la que el mundo percibe a los bonos y a la moneda norteamericana. Es más, ante
la posibilidad de un nuevo conflicto, el mercado anticipa una potencial participación
norteamericana directa o indirectamente y de esta forma descuenta mayor déficit
y endeudamiento castigando por lo tanto aun más a los bonos largos, tal como
viene siendo el caso desde inicio de año con una 30yr que ya gapeó 70 basis y
no pareciera querer culminar aquí.
Esta “nueva” guerra es contra el dólar, euro y
yen y monedas del G10 en general: un "intento de debasement monetario"
que en español significa algo así como la huida sistemática contra las monedas
papel especialmente, el dólar norteamericano, y la utilización del oro como
escape obligado. En esta realidad y con una 30yr ya no tan lejos del nivel del
5%, hay mucho jugador long équity tecnológico que no se quiere enterar de una rotación
con altísimo contenido estructural que comienza a poner presión en tasas largas
norteamericanas no por cuestiones monetarias sino por razones fiscales que
apuntan a una mayor prima de riesgo en el país considerado como benchmark de
calidad crediticia y al ocurrir genera una presión ascendentemente global en
todas las tasas largas con potenciales consecuencias en la valuación de activos
financieros de todo el planeta. Un aspecto muy relevante a tener en cuenta es que
la reducción en tenencias de bonos soberanos norteamericanos y la resultante acumulación
alternativa en oro, proviene principalmente desde bancos centrales y éstos son
jugadores que no toman ganancia, que no operan el corto plazo y que por lo
tanto, saben esperar y cuando rotan hacia otro activo lo hacen de manera
convencida y por largo tiempo. De esta forma, las rotaciones actuales probablemente
sean posicionamientos que llegaron para quedarse por lo que el castigo a bonos
largos podría ser incesantemente cruel y la compra de oro como sustituto, también.
Algo muy perverso se está armando entre longs
en oro y shorts en Treasuries largos lo cual describe una preocupante dinámica
en tasas de alta duration. Si se viene una fuerte corrección en équity, bien podría
ser ocasionada por un severo castigo en bonos largos. En esta coyuntura es un
error enfatizar demasiado en la dinámica de bonos cortos que si bien vuelven a
revivir un dilema inflacionario ante el recalentamiento en precios observado
desde inicio de año pareciera que quedan relegados frente al verdadero drama
fiscal que enfrenta Estados Unidos y que viene siendo descontado por la parte
larga de la curva. La rotación de cartera de los bancos centrales pareciera ser
de muy largo plazo: “pro oro” y “anti Treasuries”. Lo importante es lo que
viene aconteciendo en la parte larga y se refiere al pricing de un sendero de
deuda insostenible para Norteamérica y que no tiene nada que ver con el recalentamiento
inflacionario que a su vez resulta en otra mala noticia que Wall Street deberá
digerir. Un 2024 que había comenzado a puro rally de golpe queda repleto de preguntas,
de dudas, de miedo y de riesgo, incluso con un cambio de activo como el refugio
preferido. Interesantes tiempos se nos vienen encima.
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