Baja de tasas de interés en Estados Unidos: la Fed no va a salvar a la soja y a tampoco a la Argentina
Escucho analistas locales predecir que a la soja “le
irá bien” ahora que la Fed comienza su ciclo de baja de tasas. Potencialmente,
me parece un severo error: la principal razón de por qué los commodities
agrícolas están siendo triturados en este 2024 es que la economía China está en
deflación. Obviamente que la extraordinaria cosecha de Estados Unidos contribuye
a la baja pero no es la única causa que puede explicar la dinámica de cara a
2025. Nada pareciera querer jugar en favor de la soja en la coyuntura que se
viene para el año próximo y esto es muy a pesar de la debilidad del dólar que comienza
a instaurarse a nivel mundial. Tengo la sensación de que demasiado se espera a
partir del ciclo de baja de tasa de referencia que seguramente comenzará la
Reserva Federal a partir de septiembre. Normalmente, cuando Estados Unidos
comienza con una política monetaria dovish (laxa), el dólar experimenta
debilidades sustanciales a nivel mundial y el resto de los activos reales (hard
assets) en general suelen exhibir una dinámica que los aprecia contra el dólar.
Sin embargo, cuando se trata de analizar las implicancias de un ciclo de baja
de tasas de interés que todavía no comenzó resulta indispensable ubicar la
decisión que se nos viene en el contexto macro-global en el que ocurre.
Ignorando el evento COVID, el cual fue único en todo aspecto posible, en la
recesión más reciente ocurrida como consecuencia del colapso del mercado de
viviendas en Estados Unidos (2008), cuando Europa y Norteamérica entraban en
recesión, China crecía al 12% anual y permitió neutralizar el evento. Hoy por
hoy, si Estados Unidos desacelera, China ni de cerca arrima semejante número. Por
lo tanto, podríamos incluso llegar a presenciar la desaceleración de todos los
bloques relevantes de manera simultánea y si esto ocurre, no es buena noticia
para commodities agrícolas y nada tendrá que ver con la política monetaria de
la Fed.
La Fed tiene un mandato global que se resume
brevemente en dos conceptos: 1) mantener estabilidad de precios y 2) mantener
estabilidad de empleo. Desde enero 2022 que la Fed viene priorizando su rol
como agente garantizador de la “no inflación” y en este contexto van ya dos
años y medio de una política monetaria restrictiva (hawkish) que viene ubicando
a Estados Unidos en el objetivo de largo plazo para la inflación el cual es 2%
anual. Todavía, la economía no está ahí, la tasa anual de inflación basada en
el indicador preferido de la Fed (PCE deflator) viene corriendo al 2.50% anual
pero dado que la economía es una disciplina de rezagos, es razonable imaginar
una coyuntura que en los próximos doce meses pudiese llegar a dicho número con
relativa seguridad. De esta forma, la Fed libera ya su lucha “anti-inflacionaria”
y comienza a intentar evitar una recesión que bien podría haberse gestado como
causa de dos años y medio de política monetaria restrictiva por una sencilla
razón: para “desinflacionar”, casi siempre se hace necesario “recesionar”. De
esta manera, la Fed pone ahora a la “estabilidad de empleo” como su principal
prioridad, razón por la cual comienza un ciclo de baja de tasa a los efectos de
evitar un enfriamiento económico que podría conducir a la recesión.
Pero la historia “desacelerante” no termina ahí. De
hecho, al mundo entero no le sobra crecimiento y esto lo venimos viendo desde
hace mas de un año y a través de dos mercados que suelen pricear con mucha más
eficiencia los avatares de la economía global, relativo al de acciones.
Primero, tenemos un mercado de bonos en donde toda la curva de tasas de interés
de Estados Unidos viene bajando muy significativamente desde estos últimos tres
meses, sugiriendo desaceleración siendo descontada en la trayectoria de tasas y
más aun con la desinversión de curva que comenzó a ocurrir tan solo unas pocas
semanas atrás. Recordemos que la desinversión de curva suele ser el pricing que
el mercado de bonos realiza respeto a un escenario que considera como “inminentemente
recesivo”. Segundo, un mercado de commodities en donde los tres grupos
relacionados a crecimiento: energía, metales básicos y agrícolas, la vienen
pasando muy mal desde inicio de 2024. El mercado de commodities es una encuesta
online de cómo viene el crecimiento global. Por lo tanto, y muy a pesar de la
insensibilidad del mercado de acciones, hace tiempo ya que los bonos y
commodites nos vienen enviando señales que indicarían un mundo claramente en
desaceleración global.
Y muy especialmente para commodites agrícolas tenemos
a China en eterna deflación y muy lejos de poder lograr un rebote en su economía
a pesar de los múltiples estímulos que se vienen implementando. Esta realidad
es probablemente la que mayor impacto tendrá sobre la dinámica futura de
commodities agrícolas y no pareciera que China esté cerca de salir de su embudo
recesivo. A esto hay que sumarle un bloque europeo al que tampoco le sobre el
crecimiento. De esta manera, los tres bloques de actividad mas relevantes del
planeta, Estados Unidos, China y Europa, bien podrían todos estar cementando
una fase desacelerante de sus respectivas economías y esta realidad no podrá
ser revertida por un ciclo de baja de tasas de interés desde la Reserva Federal
que quizá incluso llegó tarde. Como dice la jerga del mercado financiero: la
Fed bien podría estar otra vez “detrás de la tortuga” en el sentido que quizá enfrió
demasiado a la economía norteamericana condenándola a una recesión inminente. Y
como comentaba al inicio, nada pareciera jugar en favor de la soja en la coyuntura
que se viene para 2025 y esto es muy a pesar de la debilidad del dólar y todo
el arsenal dovish de la Fed que seguramente se nos vendrá encima.
Comments
Post a Comment