¿Qué será más eficiente: tomar decisiones en
base a economistas que relatan cotidianamente historias cósmicas por la TV sin
posicionamiento en activos argentinos, o descifrar por el contrario, la
información implícita contenida en activos financieros cuyos precios reflejan
las expectativas de especuladores profesionales que apuestan en lo que creen y
se hacen cargo? El espíritu del mercado financiero se resume en una frase
simple y contundente a la vez: “poné la plata donde está tu boca”, implicando que
los mercados votan todos los días y expresan su opinión de manera libre,
transparente y fluida.
De esta forma, más que considerar estimaciones
de analistas económicos, a pesar del ruido intradiario, es mucho más
contundente descubrir la información que está implícita en los precios de
activos financieros por una sencilla razón: “nadie paga lo que no cree” y bajo
esta premisa, todo precio de activo financiero revela y convalida un escenario subyacente
esperado que nos permitirá comprender aproximadamente cuáles son las
expectativas de inflación y devaluación para los próximos doce meses de
nuestras vidas en la Argentina. Bajo este concepto y diferencias de liquidez y
extrapolaciones de curva aparte, uno podría hacerse una idea futura si se
quiere, un tanto primitiva y sobresimplificada, del escenario de inflación y
potencial devaluación del peso que se nos podría venir encima, si se relacionan
tres mercados locales para el 2025:
1) el que opera tasa nominal fija (activo
seleccionado S29G5, LECAP vencimiento agosto 2025)
2) el que opera tasa real de bonos con CER
(activo seleccionado TX25, BONCER vencimiento noviembre 2025)
3) el que opera tasa real de bonos Dólar Link
(activo seleccionado, TZV25, vencimiento junio 2025)
Si bien sus vencimientos y respectivas durations
no son idénticas, se aproximan todas al año, por lo que me permito hacer la
siguiente comparación si se quiere repito, simplificada, y evitando
extrapolaciones mensuales de curva:
1) LECAP Rendimiento Fija: 55.25% (tasa
nominal)
2) BONCER Rendimiento CER: 5.90% (tasa
real)
3) TZV25 Rendimiento Dólar Link: -1.15%
(tasa real)
Si se compara 1) y 2), la tasa resultante de
indiferencia por arbitraje es: 46.60% de inflación anualizada, implicando que
el mercado espera para los próximos 12 meses una inflación promedio mensual de
3.24%.
La tasa de inflación esperada del 46.60%
significa que un inversor quedaría indiferente entre dos opciones alternativas.
Primero, si se compra el bono a tasa fija, su retorno sería de 55.25% anual. Segundo,
si se compra el bono ajustable por inflación, su retorno real sería de 5.90% lo
que sumado a una expectativa de inflación de 46.60% anual lo dejaría indiferente
respecto a la primera opción (aclaro: los factores de rendimiento no se suman
sino que se multiplican). Bajo estos parámetros implícitos, el retorno nominal
anual para ambas opciones sería de 55.25%. Precisamente, la información
implícita que surge por arbitraje es la inflación esperada, la cual en este
caso asciende a 46.60%.
Si se compara 1) y 3), la tasa resultante de
indiferencia por arbitraje es: 57.06% de devaluación anualizada, implicando que
el mercado espera para los próximos 12 meses una devaluación promedio mensual
de 3.83%.
La tasa de devaluación esperada del 57.06%
significa que un inversor quedaría indiferente entre dos opciones alternativas.
Primero, si se compra el bono a tasa fija, su retorno sería de 55.25% anual.
Segundo, si se compra el bono ajustable por tipo de cambio, su retorno real sería
de -1.15% lo que sumado a una expectativa de devaluación de 57.06% anual lo
dejaría indiferente respecto a la primera opción (aclaro: los factores de
rendimiento no se suman sino que se multiplican). Bajo estos parámetros
implícitos, el retorno nominal anual para ambas opciones sería también de 55.25%.
Precisamente, la información implícita que surge por arbitraje es la devaluación
esperada, la cual en este caso asciende a 57.06%.
Finalmente, si se compara 2) y 3), la tasa
resultante de indiferencia por arbitraje es -7%, implicando que el mercado
espera para los próximos 12 meses una devaluación del tipo de cambio real del 7%
y revelando entonces, que los especuladores consideran que el dólar quedó
barato frente al peso. Dado que el peso oficial cotiza en 962, estos
parámetros implicarían un peso en 1.511 a un año vista.
Todos estos números mejoran si en vez de
utilizar el rendimiento de la LECAP su usa en su reemplazo el rendimiento
implícito en el futuro de Rofex a agosto 2025, el cual asciende a 47%,
resultando en lo siguiente:
El mercado espera para los próximos 12 meses
una inflación promedio mensual de 2.77% y una inflación anual de 38.81%.
El mercado espera para los próximos 12 meses
una devaluación promedio mensual de 3.36% y una devaluación anual de 48.71%.
El mercado espera para los próximos 12 meses
una devaluación del tipo de cambio real del 7%. Dado que el peso oficial
cotiza en 962, estos parámetros implicarían un peso en 1.431 a un año vista.
Esta es la macro priceada hoy por el mercado
argentino y bajo la noción de que “nadie paga lo que no cree”, en los precios
siempre existe implícita una verdad para contar, obviamente que la misma tiene
ruido y mucha locura, como es el resultado de cualquier precio de activo
financiero aquí y en la China pero a la vez, detrás de estas cotizaciones existen
inversores pagando y por lo tanto, convalidando expectativas futuras en lugar
de economistas hablando por TV y por eso lo prefiero altamente. De acuerdo con
estos precios el mercado anticipa que en los próximos 12 meses el tipo de
cambio nominal le ganará a la inflación, lo cual se condice con la percepción
generalizada de que hoy por hoy, el dólar quedó barato y debiera corregir en
términos reales un 7%. Todos estos parámetros obviamente irán cambiando de
acuerdo con cómo fluya la dinámica de un país como la Argentina que bate récords
cotidianos de esquizofrenia pero reflejan a la vez un concepto que es esencial
a la hora de anticipar escenarios: los mercados votan todos los días y
expresan su opinión de manera libre, transparente y fluida.
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