Dicen que solamente los gobiernos peronistas tienen la suerte de disfrutar un mercado de commodities agrícolas en alza y de acuerdo con como comenzó este 2024 pareciera que este proverbio urbano se viene cumpliendo a rajatabla. Probablemente, el objetivo central del gobierno para 2024 es acercarnos a inflación “en mínimos” y darle “esa buena noticia a los argentinos” recordando que hace menos de diez meses el peronismo nos dejó una economía inflacionando al 25% mensual. Si a este logro “desinflacionario” lo acompaña la suerte con soja rebotando en 2025, los libertarios podrían tener una excelente e indispensable elección de medio término con viento de cola a favor por primera vez. Este es el evento que esperan los bonos soberanos para hacer otra baja considerable de riesgo país. Los bonos suelen operar por escalones, ahora nos espera otro formidable evento político: las legislativas del 2025, y hasta entonces no debieran ocurrir cambios significativos de spread soberano.
El máximo de la soja se observa el 9 de junio de 2022
fruto en otras cosas de un conflicto entre Rusia y Ucrania que recién comenzaba
y normalmente todo el mercado de commodities suele reaccionar al alza en medio
de un conflicto bélico de relevancia. Sin embargo desde entonces, la soja cayó 44%.
El maíz tuvo una historia similar, al 28 de abril del 2022 y por razones idénticas
alcanza máximos para luego retroceder un 54% hoy en día. Y el trigo, el más
castigado de los tres, alcanza un formidable máximo el 7 de marzo de 2022 para
luego caer sin tregua un 63% a la fecha.
Independientemente de cosechas formidables, que las
hubo, el gran demandante de commodities agrícolas es China y su economía no
puede recuperarse del daño causado por el COVID en 2020. De hecho, la
significativa desaceleración de la economía china la convirtió en una gran
exportadora de “deflación” al resto del mundo. Recordemos que la deflación
suele ser un síntoma de una economía con fuerte tendencia recesiva tal como es
el caso de Japón por ejemplo, en donde la deflación se ha convertido en una patología
crónica, fruto de una economía que no puede rebotar.
El primer shock positivo. Y si bien es cierto que actualmente, los commodites agrícolas
están sufriendo los efectos de una formidable cosecha en Estados Unidos que ha
generado un significativo salto de oferta y por ende, baja de precios, también
es cierto que no hay bear market que dure cien años por lo que la debilidad de la
soja y de todos los commodities agrícolas, sumado a una Fed bajando tasas,
puede ser una razonable oportunidad de armar longs en soja y primos hermanos, aspecto
que de darse, claramente beneficiaría a la Argentina y muy especialmente en una
coyuntura donde nos faltan dólares.
Me pregunto si no le estará llegando el tiempo a Wall
Street de comprar commodities agrícolas como soja, trigo y maíz. Dicen que los
trades ganadores se hacen cuando duelen y claramente basta con ver un gráfico
de inicio de año como para percibir que armar posiciones comparadas en
commodities agrícolas dolerá, al menos al inicio. En lo que va del año, la soja
está 24% abajo, el maíz 20% abajo y el trigo 15% abajo. Seguramente, la
recuperación de estos commodites dependerá de cuándo finalmente comience el
rebote de una economía china que viene siendo estimulada muy agresivamente, por
lo que su enfriamiento no durará por siempre. Plantearse el interrogante de si
es posible una recuperación para 2025 es claramente una pregunta más que
relevante parece hacer y si se diera dicho escenario, este gobierno libertario
enfrentaría una esencial e indispensable elección en 2025 con el viento a favor
que siempre genera una soja en bull market.
El segundo schock positivo. El 5 de noviembre se nos vienen las elecciones en
Estados Unidos con dos candidatos antagónicamente opuestos. Por un lado, una
izquierda muy fuerte e impensada para Estados Unidos disfrazada de “demócratas”.
Del otro lado, una derecha de las más ácidas vistas en las últimas décadas, fruto
de una sociedad tan partida en dos como la argentina. Recordando los tiempos de
Mauricio, es altamente probable que a este gobierno libertario le convenga una
victoria del candidato republicano y que con dicho evento aparezca nuevamente
“la magia de un FMI” quizá dispuesto a tiranos alguna moneda adicional en forma
de liquidez. Quizá nunca antes el futuro de nuestro país estuvo tan atado al
destino político de los Estados Unidos como en este 2024.
Este gobierno ha hecho mucho con muy pocas
herramientas y con su mejor aliado en clara debilidad: “la soja”. Ya va siendo
tiempo de que tanta disciplina fiscal y monetaria reciba algún maná caído del
cielo como premio a otro proverbio clásico: a la suerte hay que ayudarla y este
gobierno lo viene haciendo muy bien en base a un intento de equilibrio fiscal y
monetario a pesar de las pocas herramientas que le permite utilizar un Congreso
que sigue aferrado a las prebendas del pasado. El éxito en cualquier
emprendimiento de nuestras vidas necesita de convicción y esfuerzo, pero
también de un golpe de suerte. Esperemos que por el bien de este país rebote la
soja y gane el candidato republicano en las presidenciales de noviembre.
Tremendo cierre de año se nos viene encima.
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