El bosque. Tener de aliado al país más poderoso del
mundo, ¿es buena o mala noticia para la Argentina? A nivel de estrategia
internacional, esta tribu empachada de bombo y choripán, probablemente ha sido
uno de los actores más ingenuos y torpes del último siglo y las consecuencias
han sido más que evidentes. Siempre que pudimos, nos alineamos con el caballo
perdedor y nos la pusimos de frente una y otra vez, obstinados en defender lo
indefendible, un modelo que hizo ricos a algunos vivos y a la vez empobreció a
40 millones de argentinos. Pero en esta incipiente y esperanzadora gestión
libertaria, pareciera claramente que la actual administración tuvo como
objetivo primordial y concreto alinearse a la primera potencia mundial, Estados
Unidos y un detalle no trivial: la alianza con Trump se gestó mucho antes de
que resultase vencedor. En este contexto, nuestra coyuntura geopolítica
pareciera haber cambiado súbitamente: un año atrás teníamos de aliado a
Venezuela, Cuba e Irán, un año después, lo tenemos a Norteamérica. ¿En cuál
escenario les parece que nos podría ir mejor?
Y bajo el concepto de que “nadie paga lo que no
cree”, resulta relevante observar la reacción que han tenido los bonos y ADRs
argentinos ante la victoria de Trump de este pasado miércoles en convalidación
a este escenario y en premio potencial para la Argentina. De hecho, tanto los
bonos como las acciones tuvieron retornos formidablemente altos pero esta no es
la única historia para remarcar. Primero, la victoria de Trump generó un fortísimo
castigo en bonos norteamericanos y sin embargo, los bonos argentinos siguieron
subiendo, lo cual resalta aún más el rally en Argentina. Segundo, la victoria
de Trump generó una tímida reacción en mercados emergentes relativo por ejemplo,
a los índices de acciones de Estados Unidos y otra vez, el Merval operó extremadamente
positivo, por lo que vuelve a resaltar aún mas la reacción de la Argentina. Claramente,
hubo un premio especial y puntual hacia nuestro país a partir del “evento
Trump”. De esta forma, tanto los bonos como las acciones argentinas, superaron
en rendimiento a sus equivalentes norteamericanos y emergentes.
¿Qué hay detrás de todo esto entonces? Pues
bien, haberse alineado a Trump mucho antes de ser victorioso, coloca a este
gobierno libertario en una inmejorable posición: Argentina es uno de los
grandes ganadores del “Trump trade”, algo que muchos analistas locales no están
viendo. Y probablemente ésta sea la mejor jugada del gobierno desde su
mismísima asunción. Y cuando digo esto no solo estoy pensando en la relación
con el FMI recordando especialmente “los tiempos de Mauricio” y las monedas que
llovían por entonces. Dado que siempre hemos sido una nación “estratégicamente
perdedora” no estamos acostumbrados a sentarnos del lado del caballo ganador y
esta vez, pareciera que va a ser el caso por lo que a la Argentina hay que
imaginarla en el contexto de una coyuntura geopolítica en la que resultará beneficiada
y esto trasciende notablemente los avatares de nuestra propia locura
macroeconómica.
Para los que erróneamente anticipan un escenario
negativo para la Argentina porque China, el principal demandante de nuestros
commodites saldría perjudicada con una potencial y probable guerra de tarifas
desde Estados Unidos, es importante tener muy presente que desde hace ya dos largos
meses China está en pleno proceso de estímulo de su economía tanto monetario,
como fiscal. Justamente, el miércoles pasado, China reportó que sus exportaciones
para octubre han crecido un +12.7% vs un estimado de +5% y desde un +2.4% del mes
anterior o sea, los estímulos se empiezan a notar en la economía china y si
Trump se pone agresivo con su guerra de tarifas es altamente probable que China
responda con mucho mas estímulo, lo cual sería muy bullish (positivo)
commodites. La realidad de estímulos en China y su potencial reacción ante una guerra
de tarifas desde Estados Unidos es otro detalle que los analistas locales no
contemplan.
Desde la victoria de Trump en las
presidenciales de Estados Unidos se abre una novela totalmente distinta para
mercados financieros. Esta realidad estará caracterizada por la redefinición de
la relación de Estados Unidos con Rusia y China y para un gobierno norteamericano
que deberá desarmar lo actuado por sus antecesores demócratas para lo que ha
sido probablemente, el peor gobierno en la historia reciente de Estadios
Unidos. Mucho fantasma debajo de la alfombra deberá sincerarse y el tiempo dirá
si la recesión que los demócratas escondieron a fuerza de gasto y deuda termina
aflorando finalmente en 2025.
Probablemente, tendremos a un mercado
caracterizado por “trumpflation” y su primo hermano, “reflation”, que se nos
vienen encima al menos hasta el cierre de 2024. Wall Street anticipa una
política monetaria global dovish y una política fiscal expansiva, aspecto que
retroalimenta el FOMO (compra desesperada) global en activos reflacionantes. Se
descuenta que Estados Unidos seguirá con niveles de endeudamiento en ascenso,
aspecto que sigue presionando fuertemente a la 30yr. Las acciones
norteamericanas reaccionaron muy positivamente a la noticia de un Trump
ganador, en especial el Dow y el Russell. Las acciones emergentes otra vez, con
un sesgo a la underperformance, dado que no se anticipan catalizadores
relevantes inminentes. Se mantiene una bíblica presión ascendente en tasas de
interés, en ambos extremos de la curva. La 30yr. muy cómoda sobre 4.50% y con
un salto superior a 54 basis desde el FOMC del 17/9. La 2yr. muy cómoda sobre 4.25%
y con un salto de 64 basis desde el FOMC del 17/9. Toda la curva de tasas de
Estados Unidos opera ahora muy cómodamente sobre 4%, reflejando presión
ascendente en tasas reales y breakevens (inflación esperada). Es probable que
“algo de prima de riesgo” se venga recargando en la 30yr., pero por ahora, el
mercado quiere cerrar un 2024 bien en verde, probablemente. Esta nueva novela
acaba de comenzar y ubica a la Argentina como ganadora potencial. Recontra bien
hecho libertarios.
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