En Argentina, presidente que devalúa, pierde
las elecciones. Sería muy estúpido devaluar significativamente antes de la
contienda electoral de octubre. La desinflación es el mejor resultado a mostrar
y una devaluación es el peor enemigo de la desinflación, una desinflación que
en años electorales tiene una enorme correlación con votos. Devaluar significativamente
pondría en peligro semejante logro y tendría un enorme e innecesario costo
político. La desinflación es el mejor aliado de los pobres y en Argentina hay
millones y todos votan. Demasiado ruido, demasiados tuits, demasiado comentario
armagedónico, un clásico argentino pre-electoral. Mi sensación: todo va a salir
bien, sólo es necesario paciencia e ir esperando en las próximas semanas el
desarrollo de los eventos. El año para volar por el aire era el 2024, no es el
2025. ¿Y después de octubre?: hablo con Satanás y les cuento más tarde.
Que Argentina se encuentre en las cercanías de cerrar un acuerdo con el
Fondo Monetario Internacional en principio más benévolo incluso de lo que esperaba
el mercado es una buena noticia para un Merval que viene siendo severamente
castigado desde febrero de este año pero aun así, hasta que dicho acuerdo no se
confirme, la locura con la que viene operando el mercado local de acciones es
enorme y esto se suma a papeles norteamericanos que también lo están haciendo
con sustancial volatilidad al ritmo de un presidente Trump que no se sabe bien
hacia donde quiere ir. De esta manera, la sustancial volatilidad del Merval no
solamente exhibe una raíz local sino que forma parte de una rotación global que
se viene dando desde inicio de año. Por esas cosas que hace Wall Street de vez
en cuando, esta vez decidieron vender todo lo que consideraban “caro” y comprar
todo aquello que parecía “barato”. En lo caro salieron a romper S&P,
Nasdaq, y Merval por citar algunos, y en lo barato, salieron a engordar a Brasil,
China, y Alemania entre otros.
Especialmente, dado el castigo que le viene propinando Wall Street al
mercado de acciones norteamericano, no pareciera que este proceso de rotación
global haya culminado y mientras dure, probablemente el Merval va a seguir
atrapado en un rango que no implicaría una baja dramática desde los niveles
actuales pero que también se reserve una potencial suba para la convalidación
de otros eventos a ocurrir en los próximos meses, si es que efectivamente se
ocasionan. Si el mercado global aguanta, probablemente la confirmación de un
buen acuerdo con el FMI haya formado un piso para un Merval que viene operando con
un beta brutal en estas últimas semanas pero no por ello el mercado va a
abandonar el violento rango con el que actualmente viene tradeando. Para romper
convencidamente estos niveles hacia arriba, el mercado exigirá una noticia
contundente a celebrar. Es razonable entonces esperar que el Merval pueda
recuperar la tendencia bullish (optimista) con la que comenzó el 2025 y que
caracterizó todo el 2024, pero para ello el mercado va a exigir que este
gobierno libertario tenga una excelente elección de cara a octubre y si ese es
el caso, el mejor trimestre para el Merval probablemente sea el cuarto de este
año y quizá también se correlacione con el hecho de que para entonces el
S&P y Nasdaq hayan salido ya de su terreno correctivo, el cual también
viene siendo muy agresivo.
De esta manera, hacia adelante tendremos un combo de noticias para la
Argentina que probablemente tenga un sesgo positivo pero el tránsito hacia
dicho punto será extremadamente volátil. Primero, el acuerdo con el FMI es en
sí mismo una buena noticia que fortalece las reservas del Banco Central y le
permite al gobierno aumentar la velocidad con la que se intenta eliminar el
cepo cambiario. Segundo, pensar que el cepo se pueda eliminar totalmente del
día a la noche es probablemente una ingenuidad, por lo tanto, resulta razonable
imaginar que el cepo se vaya liberando secuencialmente siendo el primer paso un
acuerdo con el FMI que le permita a la Argentina incrementar la velocidad en
este frente. Tercero y probablemente el más relevante, este gobierno libertario
encara muy en breve el primer gran examen respecto a su gestión y la coyuntura
económica en la que se desenvolverá la contienda electoral encontrará una
Argentina de cara a octubre en clara tendencia de desinflación y a la vez con
un fuerte rebote de su economía local. Este equipo libertario con muy poco ha
hecho mucho y a pesar de todas las críticas que pueden provenir de un país que
hace más de un siglo es presa de una tendencia socialista que lo viene
quebrando despiadadamente, probablemente la variable que más se premia a nivel
electoral es la que se refiere al gran éxito libertario en estos primeros dos
años de gestión: una contundente desinflación. Desde un 25% de inflación
mensual de acuerdo a cómo asume este gobierno, estaremos rondando para octubre probablemente
una tasa mensual de inflación inferior al 2%, característica que será notada
especialmente por las clases sociales de menores ingresos las cuales tienen una
tendencia a aprobar contundentemente estos resultados macroeconómicos.
Si esta secuencia de eventos terminan convalidándose en el sentido correcto,
ya para noviembre de este año la Argentina habría superado todas las fuentes de
incertidumbre que contaminaron este 2025 que viene siendo muy cruel para
activos argentinos. Si para entonces, el mercado de acciones norteamericano culmina
con su corrección actual, podría darse el caso de que un S&P y Nasdaq
nuevamente en terreno positivo le otorguen al Merval suficiente combustible
para celebrar lo que podría ser una secuencia de eventos locales muy positivos
para la Argentina: 1) la confirmación de un generoso acuerdo con el FMI, 2) la
inminencia de una eliminación secuencial del cepo, y 3) un contundente
resultado electoral para los libertarios, como premio y convalidación a una
excelente gestión dada la situación de arranque desde donde comenzó este
gobierno. Partiendo de notables restricciones iniciales, es notable todo lo que
se avanzó en tan corto tiempo a pesar de que una mayoría relevante de
argentinos lo viva con la tristeza de un tango.
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