El pasado viernes el Merval revirtió la pérdida
de toda una semana con un fuerte rally en la última hora de la rueda. La semana
había comenzado muy negativa con un martes verdaderamente negro. Pero en
reacción a una noticia publicada por la prensa internacional al finalizar el viernes
que implicaría que el FMI estaría cerrando con Argentina un acuerdo de USD 20
mil millones, claramente sobre las expectativas del mercado, el Merval voló en reacción
a semejante anuncio. Este rumor se debe analizar entonces en el marco con el
que viene operando el mercado de acciones norteamericano y el de emergentes.
Las últimas semanas han sido muy crueles tanto
para el mercado de acciones norteamericano como el argentino, con un Merval en
clara underperformance respecto a todas sus contrapartidas de emergentes,
especialmente Brasil y China. Independientemente de aspectos fundamentales,
pareciera que Wall Street decidió vender todo lo que consideraba “caro” y
comprar todo lo que le parecía “barato”. Dentro de lo caro, sacudieron al
Nasdaq que desde máximos ya está más de 10% negativo en terreno claramente de corrección
y en especial, a las siete tecnológicas grandes, muchas de las cuales están
bordeando ya el bear market (lo cual significa más de 20% negativo desde
máximos). En esta rotación global desde lo caro a lo barato, salieron a comprar
entre otras cosas, acciones chinas (el FXI, ETF que replica al mercado
accionario chino, ronda el 20% de retorno positivo en
el año), y también acciones alemanas (el EWG, ETF que replica al mercado de
acciones alemán, ronda el 20% de retorno positivo en el año ). Otro índice que
salió reboleado a la venta con la estupidez que en muchas ocasiones acontece
cuando Wall Street decide “romper y listo”, fue el Merval, el cual dado el
formidable rally de 2024 había quedado “caro” para el termómetro de Wall Street
y marca en el año un cruel retorno negativo de 12%. Pero lo que pasó, pasó. La
pregunta es cómo sigue esta historia tanto para Estados Unidos como Argentina.
Respecto a la Argentina, resulta razonable que
si el mundo aguanta, el mejor trimestre para el Merval debiera ser el cuarto de
este 2025. Para entonces, ya estará ultra definido el acuerdo con el FMI y
sabremos los resultados de las elecciones de mitad de término, el gran primer
examen electoral de este gobierno libertario desde las elecciones
presidenciales. Si los libertarios tienen una sólida elección, como espero, y
suponiendo que para entonces el S&P y el Nasdaq dejaron atrás su fase
correctiva actual, el Merval podría intentar recuperar con convicción su
dinámica bullish (optimista) en un cuarto trimestre que podría ser explosivo y
más aun con la limpieza de posicionamiento que vino ocurriendo para papeles
argentinos desde febrero de este año. Independientemente de la permanente
locura de nuestro país, sigue siendo razonable considerar a los fundamentos de
la Argentina como de los mejores de un mundo emergente al cual todavía no
pertenecemos. Otro factor que debiera beneficiar a las acciones argentinas es
un riesgo país que después de las convalidaciones resultantes del eventual
acuerdo con el FMI y elecciones, vaya decididamente a comprimir spreads y esto
significaría tasas de descuento de largo plazo inferiores, lo que debiera a su
vez redundar en un mayor valor presente para el Merval. Finalmente, sería muy
razonable esperar que para entonces ya tuviéramos certezas contundentes
respecto a la fecha de finalización del cepo, medida que se viene haciendo
esperar muchísimo y también ayudaría a complementar este portfolio de noticias locales
potencialmente buenas. Pero, y muy a pesar de lo psiquiátrico que es este país,
pareciera que hacia adelante debiera haber un sesgo de noticias positivas que
podrían volver a contagiar de optimismo a nuestro mercado de acciones y bonos
justificando una rotación en favor de papeles argentinos.
Y yendo hacia el norte ahora, resulta evidente
que esta administración republicana decidió “romper” para enfriar. Estados
Unidos tiene un drama de deuda impagable y como tal necesita ser roleada
(renovada) todo el tiempo, dado que no van a poder pagarla nunca. Para países
del “G10” y muy en especial Estados Unidos, aplica el concepto de “a nuestra
deuda no la vamos a pagar jamás, por el contrario, la renovaremos
permanentemente”. Dada esta realidad, los republicanos decididamente
salieron a romper al mercado de acciones y generar con ello un contundente
efecto riqueza negativo que desacelere los patrones de consumo del ciudadano
norteamericano promedio, enfriando entonces a su economía y durmiendo a las
tasas cortas y largas, aspectos esenciales para bajar el costo de capital con
el que su deuda impagable será renovada. Para que estos efectos se filtren en
la psicología de consumidor promedio es necesario que se perduren en el tiempo
por lo que es posible que al menos el primer semestre de este 2025 describa a
un mercado de acciones norteamericano en rangos actuales e incluso con sesgo a
la baja. También es cierto que no hay mal que dure cien años por lo que los
bulls (optimistas) volverán a armar posiciones más temprano que tarde y esto
bien podría ocurrir con convicción a partir del segundo semestre del año. Si
este fuese el caso, Merval y S&P podrían juntos encontrar un combo de
noticias favorables para ambos recuperar su estatus de activos preferidos para
reflacionar y evitar de esta forma, la permanente e intencional licuación de
las monedas papel (fiat money).
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