Lo que Wall Street no entiende todavía, pero
más temprano que tarde comprenderá finalmente, es que este ciclo libertario durará mucho
más de cuatro años aunque a mucho empresario prebendario le cueste. Recuerden
que por cada empresario prebendario que pierde, ganan miles de argentinos que
acceden a los mismos bienes pero de manera mucho más barata. Los libertarios
arrasarán en las legislativas de octubre 2025 y por sobre todo, en las
presidenciales de 2027. Al igual que el peronismo, los libertarios tienen un
núcleo duro cercano al 35% que los votará siempre, característica inexistente
en cualquier partido que alguna vez se le haya opuesto al peronismo. El
peronismo nunca tuvo que lidiar con algo así y esta realidad bajo ninguna
circunstancia está descontada todavía en los precios de activos financieros
argentinos incluyendo Merval y bonos.
Tendremos libertarios por largo tiempo y
bienvenido sea el evento, aspecto que consolidará un modelo basado en el
respeto a las libertades individuales, en la limitación del rol del Estado en
la vida privada de las personas, en el orden fiscal como condición innegociable,
en la no emisión monetaria para desterrar a la inflación como escenario base y
en el desarrollo de Vaca Muerta, el “nuevo campo”, para erradicar
definitivamente el ciclo de pobreza en el que estamos atrapados desde 1945. Los
dólares abundarán en este país relativo a su pasado reciente. En la medida que
los libertarios sigan ganando elecciones, el desarrollo de energía y minería
generarán dos usinas enormes de producción de dólares, aspecto que todavía Wall
Street no comprende. Esta estrategia erradicará la crónica falta de dólares a
la que la Argentina estuvo expuesta en esta últimas décadas y le sacará al
campo la persistente responsabilidad de ser el único sector esclavizado para
alimentar a 45 millones de almas. Lo del dólar colchón será solamente un pie de
página para una estrategia de largo plazo que ubicará a la Argentina como
potencia energética.
Wall Street es una máquina perfecta de reciclar
historietas. Nada sube para siempre y tampoco, nada baja in eternum, y a partir
de la tregua anunciada en materia tarifaria entre Estados Unidos y China pareciera
que la venta sistemática de acciones norteamericanas, especialmente las
componentes del Nasdaq, se ha frenado, como consecuencia de un escenario que en
materia tarifaria se torna mucho más constructivo. El mercado global opera permanentemente
en relativo, en el sentido que nunca está vendiendo todo lo que tiene y tampoco
comprándolo, sino que funciona todo el tiempo a nivel de rotaciones entre
bloques de activos. De esta manera, es probable que todo lo que viene siendo
castigado hasta el momento como consecuencia de rotaciones comience a
revertirse siendo el Nasdaq uno de los índices a seguir, aspecto que también
podría contagiar al Merval, otro claramente castigado en las rotaciones de este
2025. Esta tregua tarifaria mejora sustancialmente un contexto global que hasta
el momento venía siendo bastante pesado para el mercado de acciones y bonos
argentinos. Recordemos que el Merval viene underperformeando claramente a sus
comparables latinoamericanos, fruto de un entorno cambiario que todavía
preocupa a Wall Street y por sobre todo, de una elección en octubre para un
país que suele equivocarse mucho a la hora de elegir y reconocer logros de
gestión.
Concentrándonos ahora puntualmente en el
Merval, un índice que capturará elecciones de mitad de término en Argentina,
con toda la virulencia que dicho evento significa, también podría beneficiarse
a partir de esta tregua en tarifas. Esta aparente paz en las relaciones
comerciales entre China y Estados Unidos es una excelente noticia para todo
país exportador de commodities en el sentido que dicho evento dejaría de castigar
al gigante asiático, el principal demandante de estos activos. Las acciones
argentinas con raras excepciones, vienen siendo severamente castigadas desde
febrero de este año, fruto de una incertidumbre cambiaria que pudo disipar el
acuerdo con el Fondo Monetario pero a la vez, de una duda política “exagerada” que
deberá dirimirse a partir de las elecciones de octubre las cuales constituyen
el primer “gran” examen de convalidación de una gestión libertaria que a nivel
macroeconómico ha sido brillante pero que queda en manos de los argentinos, una
sociedad muy compleja a la hora de votar y convalidar acciones y Wall Street lo
sabe muy bien dado que tiene la memoria muy fresca de lo que le aconteció a
Mauricio en el 2019.
De esta manera, pareciera que si la tregua
termina convalidándose, el mercado de acciones norteamericano podría retomar su
tendencia bullish (optimista) y esto definiría un piso para los activos de
riesgo a nivel global lo cual suele ser siempre una excelente noticia para
mercados emergentes. Entonces, un contexto que a nivel de comercio
internacional global comienza a estabilizarse definiría un entorno macro internacional
nuevamente favorable para países exportadores de commodities entre ellos, la
Argentina, aislando la preocupación a lo que acontezca exclusivamente a nivel
local. Por lo tanto, el fantasma de la incertidumbre global pareciera
desvanecerse y quedan las dudas de una contienda electoral que siempre genera
incertidumbre para la Argentina. Insisto con un escenario base que tengo en la
cabeza desde comienzo de año: el mejor trimestre para el Merval probablemente, será
el último, fruto de un mercado de acciones norteamericano estable para entonces
y de una elección libertaria que sorprenderá a muchos pesimistas. Pierden
algunos prebendarios y ganan 45 millones de argentinos.
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