En nuestra Argentina, los ciclos económicos no solo mueven al dólar: también limpian el diccionario, uno que viene recargándose de manera subóptima desde hace dos largas décadas. A medida que se asienta esta suerte de "milagro fiscal con cara de póker, a rajatabla e innegociable", algunas palabras se nos van cayendo del habla cotidiana. “Brecha cambiaria”, por ejemplo, tiene un futuro cercano de fósil. El “cepo cambiario” comienza a convertirse en un recuerdo traumático. Si todo sigue como viene la cosa, la “inflación” también va a pedir pista para jubilarse. Y con un poquito más de suerte y un par de milagros económicos, quizás en dos años las “retenciones al agro” formen parte de una historia que nunca debió escribirse. Y finalmente en un lustro, el “riesgo país” desaparecería para la Argentina solidificando su financiabilidad de largo plazo en mercados financieros internacionales. De la baja en retenciones anunciados el pasado sábado, lo que más me llama la atención no es ...